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Foto del escritorRamiro Parias

Haenyo: las mujeres buzo de Corea del Sur

Las mujeres buzos están repartidas entre Japón y Corea del Sur, pero sobre todo es en la provincia de Jeju, en Corea del Sur, donde encontramos su mayor población.



Las Haenyo son mujeres buceadoras profesionales, de gran vigor físico y muy habilidosas en el medio marino, capaces de permanecer sin respirar durante diez minutos, sumergiéndose hasta profundidades que pueden alcanzar los veinte metros, jugándose la vida en el agua. Deben enfrentarse diariamente a los peligros de una inmersión profunda, a pulmón libre y sin el material necesario, durante cuatro o cinco horas por jornada; el tiempo que no dedican al buceo lo emplean en la horticultura.

En ocasiones se trasladan en barca en busca de mejores capturas, exponiéndose a las impredecible olas del mar abierto, obteniendo gran variedad de productos del fondo marino, como erizos de mar, pulpos, holoturias, orejas del mar, especies de asdicias, conchas marinas y pepinos de mar, entre otros.

Las futuras Haenyo aprenden a nadar desde temprana edad. A partir de los doce años se inician en el buceo, tuteladas por sus madres, hasta convertirse en profesionales.

El precio a pagar por esta profesión de riesgo es muy alta, la mayoría de las Haenyo, a lo largo de los años, padecen enfermedades de oído, pulmonares, jaquecas y deformaciones de los huesos.

Estas mujeres forman parte de una de las tradiciones más bellas y sufridas que se conocen, registrándose los primeros documentos de su existencia a finales del siglo X d.c. Según los primeros registros documentados, las mujeres de la provincia de Jeju fueron ganando terreno a los hombres en la recolección de frutos del mar. La subida de los impuestos en la región empujó a las mujeres a colaborar en la economía familiar. Estos grandes sacrificios las convirtieron en la fuente principal de ingresos económicos de sus hogares, contribuyendo a un notable crecimiento económico en la provincia.

Este duro trabajo y la creación de cooperativas garantizó una mejor distribución de las ganancias.

En los años cincuenta se contabilizaron treinta mil Haenyo; hoy en día se cuentan con menos de cinco mil quinientas,, reduciendo enérgicamente su número, de las cuales el ochenta y cinco por ciento superan los cincuenta años de edad.

Podéis ver todas las imágenes en el apartado de Fotografías.

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