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Regreso a la oficina después de la pandemia… ¿Qué esperar?

El trabajo remoto no fue una modalidad que se creó a través del coronavirus; de hecho, algunas empresas, en su mayoría, startups o multinacionales, ya la ofrecían por diversas razones: como un beneficio adicional a su paquete de prestaciones, por falta de espacio en las oficinas o por apoyar a algunas personas con circunstancias especiales en casa.

Y aunque esta modalidad conlleva múltiples beneficios, en un inicio algunas de las complicaciones que salieron a la luz fueron la falta del equipo tecnológico y las herramientas necesarias para trabajar de manera remota o la necesidad de supervisión adicional para aquellos colaboradores poco acostumbrados a gestionar sus propios horarios.

Con el paso del tiempo la necesidad de una colaboración más cercana de los equipos de trabajo y la falta de políticas específicas para trabajar bajo esta modalidad se sumaron a la lista.

Ahora que las empresas comienzan a planear el regreso a la oficina, ¿qué podemos esperar?

Aún se especula cómo podría ser una nueva normalidad o cuando se podrá volver a las oficinas, pero lo que sí es seguro es que nos encontraremos con posturas y opiniones enfrentadas al respecto.

Ahora que la mayoría de las empresas han tenido la oportunidad de ver cómo funciona el trabajo remoto, algunas de éstas empezarán a abrirse más a este tipo de dinámicas, quizás porque percibieron un aumento en la productividad o notaron que sus empleados estaban más motivados. De hecho, algunas empresas internacionales – sobre todo en Estados Unidos – han optado por solicitar la presencia de todos los colaboradores en las oficinas. En caso de que algún empleado quisiera teletrabajar durante cierto período de tiempo se deberá solicitar formalmente y solo se permitirá en casos excepcionales.

Lo cierto es que, pese a que en un principio casi todos se inclinaron por trabajar en modalidad remota, la realidad del día a día ha demostrado que no todos los colaboradores están preparados para ello, lo que se traduce en una bajada de rendimiento y, por tanto, en una inviabilidad de esta modalidad a nivel de rentabilidad.

Tenemos que migrar a un trabajo por objetivos y no por horario. Debemos de aprovechar las herramientas tecnológicas que permiten medir y valorar el desempeño de los colaboradores para tomar las decisiones correctas y hacer una labor de capacitación con aquellos colaboradores que, por falta de costumbre o de hábitos, aun no se han adaptado a esta nueva modalidad”, comenta Leopoldo Ocaña, director de Estrategia y Crecimiento de Potentor.

Definitivamente el mundo laboral como lo conocemos cambiará, y todo indica que, por lo menos por ahora y durante un período que podríamos llamar de transición, la tendencia será hacia un modelo de trabajo híbrido (laborando desde casa solamente algunos días de la semana y dependiendo, directamente, del desempeño de cada colaborador). Por otra parte, las empresas tienen que migrar para rediseñar las oficinas bajo protocolos más seguros, idear modelos de trabajo híbridos, así como digitalizar sus procesos de negocio y de productividad, ya que muchas de ellas aún están en una fase inicial de comprensión y adaptación a los cambios que se avecinan.

La supervivencia, en muchos casos, y la rentabilidad en otros tantos, dependerán de la capacidad de resiliencia de las empresas y de sus iniciativas para adaptarse a la crisis en la que nos encontramos.

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