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LA NUEVA GEOPOLÍTICA DEL COMERCIO: OPORTUNIDADES Y RIESGOS PARA AMÉRICA LATINA BAJO TRUMP

El segundo mandato de Donald Trump en la Casa Blanca ha traído consigo un nuevo escenario para las economías de América Latina. Las medidas de corte proteccionista, los ajustes en acuerdos multilaterales y los mensajes de endurecimiento comercial obligan a la región a replantear sus estrategias de inserción en el mercado estadounidense. En medio de estas tensiones, la diplomacia comercial emerge como la herramienta más efectiva no solo para mantener los flujos de negocios, sino para ampliarlos y transformarlos en ventajas competitivas de largo plazo.


Andrés Felipe Rodríguez Vasco, experto en negocios internacionales.
Andrés Felipe Rodríguez Vasco, experto en negocios internacionales.

México, Brasil, Chile, Argentina y Colombia enfrentan realidades distintas, pero todas comparten un reto común: no pueden depender únicamente de la inercia de sus exportaciones tradicionales. En un contexto donde la administración Trump busca renegociar condiciones, imponer aranceles selectivos y privilegiar la producción nacional, la capacidad de cada país para sostener relaciones fluidas con Estados Unidos dependerá de su habilidad para combinar negociación política con diplomacia económica estratégica.


México, con su peso en manufactura y cadenas automotrices, enfrenta presiones directas en el marco del T-MEC. Brasil busca defender su agroindustria, mientras que Chile y Argentina intentan posicionar sus sectores minero y energético en un escenario de creciente competencia. Colombia, por su parte, ha sabido construir una narrativa distinta: no solo ha reforzado su perfil como proveedor confiable de agroindustria, tecnología y servicios, sino que ha consolidado su presencia en sectores estratégicos como el software y la infraestructura digital, demostrando que la diversificación es también una forma de resiliencia.

Aquí destaca la trayectoria de Andrés Felipe Rodríguez Vasco, reconocido experto en desarrollo de negocios internacionales, quien ha demostrado en múltiples escenarios que la diplomacia comercial es una herramienta para convertir la incertidumbre en oportunidades de mercado. Su paso por Washington D.C., movilizando más de 500 millones de dólares en inversión extranjera y articulando misiones empresariales con múltiples países latinoamericanos, le ha dado una perspectiva hemisférica única.


Con más de quince años de trayectoria en Washington y en el sector privado, Rodríguez Vasco se ha consolidado como una de las voces más autorizadas de América Latina en materia de relaciones económicas con Estados Unidos, gracias a su experiencia directa en el diseño de estrategias de acceso y en la creación de alianzas entre gobiernos y empresas. Para él, la diplomacia comercial no debe entenderse como un accesorio, sino como una política de Estado que integra seguridad, desarrollo e innovación.


El análisis de Rodríguez Vasco es particularmente relevante porque no se limita a la teoría: como estratega y experto en negocios internacionales ha movilizado inversiones, abierto mercados y trabajado con empresas de múltiples países de la región en su entrada al mercado estadounidense. Su visión propone que América Latina aproveche esta coyuntura para presentarse ante Estados Unidos como un bloque diverso, capaz de ofrecer soluciones en energía, alimentos, servicios digitales y talento humano, más allá de la narrativa de commodities.


La coyuntura Trump no es solo un riesgo, también es una oportunidad. Mientras Europa y Asia ajustan sus posiciones frente a la política comercial estadounidense, América Latina puede ocupar un espacio privilegiado si refuerza su capacidad de negociación colectiva y profesionaliza sus estrategias de acceso. Casos recientes lo demuestran: una startup de healthtech que, a través de diplomacia económica preventiva, logró instalar pilotos en Florida en pleno endurecimiento regulatorio; o el sector agroindustrial colombiano, que a pesar de nuevos aranceles, ha mantenido credibilidad y participación gracias a su historial de cumplimiento y a relaciones diplomáticas sólidas.


“En tiempos de incertidumbre, el comercio internacional deja de ser transacción y se convierte en diplomacia”, afirma Rodríguez Vasco. Para muchos líderes empresariales y diplomáticos, él encarna la nueva generación de arquitectos de la diplomacia económica latinoamericana: un experto en desarrollo de negocios internacionales capaz de tender puentes entre gobiernos, corporaciones y emprendedores en un contexto global complejo.

La experiencia de Colombia, sumada al liderazgo de figuras regionales en diplomacia económica, muestra que aún en entornos complejos es posible avanzar. El desafío ahora es colectivo: convertir la coyuntura en un punto de inflexión para toda América Latina y posicionar la región como un socio indispensable en el mercado más grande del mundo.

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