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El marketing olfativo, la nueva tendencia en el sector hotelero

Por ello es crucial producir un sello distintivo, único e imposible de confundir entre tantas marcas. Y, precisamente, el marketing olfativo es una estrategia que contribuye a este propósito.

Las personas recuerdan el 1 % de lo que tocan, el 2 % de lo que escuchan, el 5 % de lo que ven y el 35 % de lo que huelen, según un informe de la Universidad de Rockefeller-New York. Es decir, si se busca generar una memoria singular en el cliente, a través del olfato está la respuesta. A esto se le denomina odotipo: el olor exclusivo y con características propias de una determinada identidad que permiten que un hotel sea un objeto de persistente memoria en el cliente.

El marketing olfativo no es una práctica sencilla. Son numerosas preguntas que debe responder una empresa antes de elegir un aroma que la individualice. Por ejemplo: ¿Cuál es la imagen que desea ofrecer? ¿Qué emociones y sensaciones deben predominar para el cliente? ¿Qué aromas combinan con los ambientes del local? ¿A qué tipo de público va dirigida la experiencia aromática? Para dar solución a estas interrogantes y ejercer la asesoría de los aromas, se contrata a un perfumista, quien es el profesional encargado de preparar la identidad aromático-olfativa del hotel.

Según la Organización Mundial del Turismo, países como España, Turquía o México siempre compiten por los primeros lugares en el turismo internacional. Por lo tanto, las marcas hoteleras en dichos países no pueden prescindir del sello distintivo del aroma propio. Por este motivo, los perfumistas no desatienden ni un solo objeto ni ambiente de los recintos, escogiendo aromas que puedan ser cítricos, de esencia de rosas, con matices herbales, entre otros. “Los olores que transmiten elegancia, por ejemplo, son los derivados de la lavanda, la cachemira y el té negro. Se suelen usar en lámparas, velas y almohadas aromáticas. También se emplean en las tarjetas perfumadas”, describe Claudia Serpa de SweetestHome.

Muchas de las grandes cadenas hoteleras han llevado su marketing olfativo a un siguiente nivel. Es el caso de los célebres Hotel Costes de Paris y el Four Season Hotel Prague, empresas que han contratado a los más reputados perfumistas no solo para personalizar sus instalaciones, sino también para comercializar estos aromas singulares en líneas de perfumes, velas y productos similares.

Otro caso emblemático es la lujosa cadena Mandarin Oriental, con sedes en las principales ciudades del mundo. Mandarin Oriental constantemente está trabajando en la producción de perfumes según el lugar donde se encuentren sus hoteles. Además, sus instalaciones cuentan con sistemas de fragancias que emiten dulces aromas que ‘envuelven’ a los clientes durante su estancia en los recintos.

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