Si para algunas parejas, la pandemia permitió crear una nueva complicidad para otras esta complicidad “obligatoria” despertó una crisis existencial. Para el especialista en cuestión de reconquista amorosa, el francés Patrice Lafforgue www.patricelafforgue.com radicado en Colombia, “el número de dificultades se pueden determinar según tres criterios. Lo primero, son problemas que ya existían, pero estaban escondidos debajo de una rutina de vida y/o la escasez de las interactuaciones. El segundo punto es la aparición de desequilibrios comportamentales individuales pre-existentes (estrés, angustia, etc.) los cuales afectaron la relación. Y por fin, algunas personas descubrieron la doble, o la triple vida de su pareja : amante, hijo escondido, falso trabajo, etc.” Pero, Patrice Lafforgue, durante diferentes acompañamientos individuales, observó algo más profundo, más “existencial” , es decir que la pandemia reveló un mal escondido, más difuso. Según él, “es el aspecto más influyente relacionado con el periodo postcuarentena es que muchas parejas vivieron una forma de crisis existencial. Es decir que, en medio de la presión resultante del encierro, se cuestionaron ´¿Esta vida, es la que quiero para mí ?´ ”.
Antes de COVID y cuarentenas, las relaciones de pareja parecían más estables, más duraderas. Hoy en día hay un promedio de 1 divorcio por cada 3 matrimonios, aunque para el primer semestre de 2021 en Colombia, Supernotariado reportaba 1 divorcio por cada 2 matrimonios en Colombia, ello sin tener en cuenta las parejas en unión libre que decidieron dejarse.
Y si se le pregunta “¿Es decir que algunas parejas descubrieron con quien vivían realmente?”, su respuesta es un “Sí” rotundo. Patrice Lafforgue agrega además que “hubo una toma de conciencia al respecto, como ver una situación desde otro punto vista. Entró entonces la pregunta en un mundo de certeza, o de casi certeza: ´¡Vivimos juntos, así es!´. Pero la cuarentena llegó, y preguntó a cada uno ´¿Estás seguro/a de que es la persona con la cual quieres vivir?´”. Y como lo hace la Covid llamada “de larga duración”, que deja secuelas hasta varios meses después, la pandemia dejó varias secuelas en la vida de las parejas. Patrice Lafforgue identifica cuatro consecuencias principales postcuarentena en las parejas: - Las parejas siguieron juntas aportando cambios de mejoramientos sustanciales en su rutina de vida. - Las parejas siguieron juntas por inercia, es decir ninguno quiere vivir una ruptura y se fuerza a pensar que no hay otra alternativa que aguantar. - Ocurrió una separación. Sin embargo, observo que varias parejas volvieron porque la causa de las tensiones era exterior. Es decir que esta causa no despertó dificultades estructurales de la vida de una pareja, globalmente, no despertó incompatibilidades. La causa fue un estrés que se expresó a través de discusiones moderadamente tensas. - Ocurrió una separación definitiva porque la convivencia forzada dejó aflorar incompatibilidades.
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