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Cinco razones para llevar el móvil de viaje

Todos llevan cámaras que divergen en calidad, procesadores de distintas potencias, pantallas táctiles que difieren en tamaños y cuadros de conexiones más o menos completos en función del modelo en que nos fijemos. No obstante, todos tienen algo en común: la imaginación del usuario en consonancia con las aplicaciones con las que personalice el dispositivo hacen de su smartphone un equipo con el que desarrollar funciones que pueden integrarse a las mil maravillas en su día a día. Y eso, durante las presentes jornadas vacacionales —al menos, para los más afortunados—, puede resultarnos muy útil.

Conociendo cuáles son las prestaciones de nuestro móvil inteligente, y ante las necesidades que habitualmente pueden surgir al viajar o realizar estancias en otras ciudades, podemos encontrar en el smartphone un perfecto asistente que nos facilite las cosas y, sobre todo, nos evite tener que cargar con muchos de los complementos habituales del viajero. Repasemos cinco de los argumentos por los que un teléfonos inteligente puede llegar a ser ese perfecto compañero.

Se acabaron los mapas de papel

Hay cierto encanto en hacer turismo con el mapa de toda la vida; esa sábana de papel que una vez desplegada es casi imposible doblar hasta su posición original. No obstante, además de que no es recomendable llevar uno de estos chivatos impresos por prudencia —ya que es una pista para carteristas y amigos de lo ajeno—, no es que resulte demasiado cómodo ir con el aparatoso mapa buscando los puntos de la ciudad que nos interesa visitar. Mucho mejor, sin duda, recurrir al GPS de nuestro móvil y a la aplicación de geolocalización que nos interese.

Nokia tiene su propia aplicación en móviles Windows Phone, así como HTC en terminales basados en el sistema de Microsoft y en Android —Locations—. No obstante, una opción especialmente interesante es Google Maps. No sólo porque es de las más completas del mercado, sino porque podríamos programas mapas con rutas y etapas desde la opción web en el ordenador para rescatarlas en el móvil —desde el apartado «Mis Mapas»—. No obstante, hay que tener en cuenta algo: si viajamos al extranjero, es conveniente que descarguemos los mapas de las áreas que más nos interese cuando estemos conectados a un punto Wi-Fi. De otro modo, podríamos sufrir algún susto que nos amargue la vuelta a casa cuando veamos la factura, haciendo todavía más cuesta arriba la dichosa depresión post-vacacional.

Por otro lado, también es muy interesante que antes de realizar el viaje echemos un vistazo en la tienda de aplicaciones a la que recurra nuestro teléfono para personalizar funciones —Google Play, Windows Phone Market, AppStore— para descargar utilidades que nos ayuden a planear nuestras visitas a la ciudad. Muchas de las opciones disponibles son de pago, pero también seríamos capaces de encontrar otras especialmente pensadas para hacer turismo, recibiendo estupenda información y sin pasar por caja, como TouristEye o Spectra.

La cámara en el bolsillo

A menos que seamos notables aficionados a la fotografía y llevemos con nosotros una potente cámara, ya sea réflex, micro cuatro tercios o EVIL, lo de usar un dispositivo dedicado de la llamada categoría compacta podría tener los días contados. Aunque estos equipos disponen de buenas opciones de zoom óptico y lentes de una calidad habitualmente superior a la que ofrecen los smartphones, lo cierto es que en el último año hemos conocido terminales que no tienen nada que envidiarle a las cámaras compactas.

Es una pena que Nokia no haya puesto en circulación el Nokia Lumia 1020, que sin duda es el perfecto compañero si lo que queremos es capturar todos los momentos que disfrutemos en nuestro viaje. El sensor PureView de 41 megapíxeles es una solución perfecta que desde aquí ya pudimos disfrutar el pasado verano gracias al Nokia 808. La propuesta que conocemos en los Nokia Lumia 920 y Nokia Lumia 925 es también muy atractiva, tanto para realizar fotografías como para filmar vídeos, aunque le falta el espectacular zoom del modelo inicial que por fin veremos en un móvil con Windows Phone.

No obstante, no hace falta que contemos con una cámara de semejante potencia. Los sensores de trece megapíxeles que conocemos en los Samsung Galaxy S4 y Sony Xperia Z son igualmente destacables. Y si lo que queremos es capacidad de aumentos, podríamos probar suerte con el Samsung Galaxy S4 Zoom, que lleva una cámara de 16 megapíxeles y, sobre todo, un zoom óptico de diez aumentos.


Los nuevos álbumes de vacaciones

Gracias a las redes sociales y los servicios de almacenaje en la nube, podríamos disponer de los álbumes de vacaciones de siempre, pero con mayor comodidad y desarrollados prácticamente a tiempo real. Para empezar, podríamos ir relatando nuestras experiencias en otra ciudad u otro país recurriendo a servicios como TwitterFacebook o Google Plus. Además, en estos dos últimos casos, también dispondríamos de la opción de ir construyendo un archivo fotográfico que nos permita inmortalizar las vivencias que vayamos teniendo.

Por otro lado, y en la misma línea, otras aplicaciones, como Flickr, nos permiten realizar tareas similares, aunque limitando algo más la experiencia social. Por supuesto, con Instagram disponemos de una potente herramienta que cuenta con una gran comunidad de usuarios y además los famosos filtros que tan célebre han hecho a este servicio. No obstante, puestos a ganar en comodidad, quienes usen iPhone o móvil Android, verán que DropBox le facilita mucho las cosas, ya que dispone de una opción que admite la subida automática de las fotos que hagamos con el teléfono hasta nuestro perfil en la nube, ya sea en entornos 3G o en Wi-Fi, siendo más recomendable recurrir a la segunda opción.

Un módem portátil

Siempre y cuando estemos dentro de las fronteras nacionales, nuestro smartphone puede hacernos un favor realizando funciones de punto de conexión a Internet. Si necesitamos recurrir a nuestro ordenador o tableta para acceder a la red, pero estamos en un apartamento turístico o en un hotel que no ofrezca entornos Wi-Fi, el móvil nos podría sacar las castañas del fuego.

Ya sea iOS, Android o Windows Phone, nuestro teléfono seguro que cuenta con opciones para compartir la conexión. Podríamos hacerlo, además, recurriendo una toma física —usando el puerto USB— o inalámbrica —haciendo que se vincule al ordenador o tableta usando el puerto Bluetooth o aprovechando el propio sensor Wi-Fi—. Localizaremos estas opciones en el móvil buscando en los menús de ajustes o configuración los apartados «compartir conexión» o «hotspot». Pero es muy conveniente tener en cuenta que el consumo de datos puede dispararse por el modo que gestiona el ordenador la descarga de información, algo muy a tener en cuenta en el extranjero.

Dilatando la vida del asistente

Este punto no es exactamente una forma en que nuestro móvil puede ayudarnos, sino un modo para ayudarlo a él. «Ayúdame a ayudarte», como diría Tom Cruise en Jerry Maguire. Y es que si queremos que el smartphone nos responda en todas las tareas que nos interesa, es más que recomendable considerar algunos consejos que se traduzcan en una dilatación de la autonomía del equipo entre carga y carga. Algunas de las cosas a tener en cuenta en esta línea se centran en mantener una eficiente gestión de las conexiones —apagando los sensores Wi-Fi, 3G, GPS o Bluetooth cuando no los estemos usando— así como controlando el brillo de la pantalla o impidiendo que el sistema de notificaciones refresque información a tiempo real. Ya hemos hablado de ello en otras ocasiones, por lo que si queremos llevar este punto a su máxima expresión, convendría seguir las recomendaciones que ya apuntamos como consejos para ahorrar batería.

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