La industria hotelera enfrenta desafíos que pueden determinar su modalidad en los próximos años. La aparición de aplicaciones en las que gente ofrece sus casas como lugares para pernoctar han causado una preocupación creciente en la industria, que ha visto amenazado su modelo tradicional de negocios.
Estas aplicaciones, que ponen en contacto a viajeros con dueños de casas o apartamentos, parecen a simple vista una solución ideal pero al fin y al cabo quien ofrece una habitación no es un profesional de la industria.
Aunque los usuarios tengan un lugar donde alojarse, no podrán encontrarse con un conserje o una recepción que atienda solicitudes como las de una reserva, una servicio de habitación que ofrezca de comer a la madrugada o a cualquier hora del día y mucho menos con alguien que resuelva cosas como planchar una camisa.
Sin embargo, la tecnología también está ayudando a que la industria hotelera pueda ofrecer nuevas formas de alojamiento que, sin perder los beneficios de un hotel, solucionen problemas a los que todos se han expuesto estando de viaje.
Las llamadas microestancias, por ejemplo de 3, 6 o 12 horas son un «nuevo producto», que hoy los hoteles pueden ofrecer gracias a aplicaciones como BYHOURS.
Los costos fijos de una habitación en un establecimiento hotelero, entre 4 y 5 estrellas en las principales ciudades de Colombia, oscila entre los 100.000 COP y los 150.000 COP. Se ocupe la habitación o no, el costo seguirá siendo el mismo, ya sea por los gastos de estructura, licencias, mantenimiento o suministros en zonas comunes.
De ahí que apliaciones que le permitan a los usuarios comprar paquetes de tres, seis y doce horas y acceder a todos los servicios de un hotel, le abra las puertas a nuevos canales de venta.
Y es que la conclusión a la que los hoteles han ido llegando, tener una habitación vacía en el hotel, durante alguna hora del día o a la noche, es una pérdida con su consecuente costo en términos de dinero y de usuarios que buscan servicios dirigidos a sus necesidades.
Se trata de ofrecer un ‘win-win’ en el sector, por la flexibilidad del servicio que se le ofrece a miles de usuarios que reservan habitaciones unas horas, y por el beneficio que aporta al hotel.
Por ello, plataformas que le apuesten a ayudar a los hoteles a ingresar a la economía colaborativa, donde cada quien elige qué, cuándo y cómo se da el servicio, se convierten en el canal perfecto para complementar su negocio y rentar habitaciones vacías o revender las ya reservadas antes del check-in del huésped. Además, esto atrae una tipología de cliente business, viajero y local, que hasta ahora no tenía en consideración hacer una reserva.
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