Un 70% de las empresas españolas carece de un departamento de innovación y un 40% no están dispuestas a abrirlo. Las grandes compañías son las que más invierten en esta área.
Innovar para salir de la crisis e innovar para que no vuelva. Ese es el convencimiento de 312 empresas turísticas entrevistadas por el Aula Internacional de Innovación Turística de ESADE que han señalado, casi por unanimidad, a la innovación como un factor clave para ser competitivas.
“El objetivo general de la innovación es conseguir más clientes aunque hay una clara vocación por mejorar el servicio y la imagen del establecimientos”
Pero, ¿cuál es el enfoque de la innovación turística en España? Dentro del objetivo general de todas, conseguir más clientes, hay una clara vocación por mejorar el servicio y la imagen del establecimientos.
Estos dos aspectos acaparan el grueso de la inversión en innovación del sector hotelero, en la hostelería y en la intermediación. Más del 50% de los empresarios de estos ramos las destacaron como objetivos claros para sus sociedades.
Hay algunas diferencias destacables entre sectores. Por ejemplo, un 57,2% de los empresarios que trabajan en intermediación (agencias de viaje, portales de reserva online?) destacaron la importancia de distinguirse de la competencia y ser más novedosos, mientras que en el sector transporte, la política de I+D busca más la especialización, la mejora del servicio y el cuidado de la imagen y muy poco la diferenciación con otras firmas.
En pocas palabras, los hoteles abogan por la gestión del talento, el desarrollo online y el uso de las redes sociales; la hostelería se centra en la comercialización y la gestión del talento (cocineros, personal?) y la intermediación en la comercialización y el desarrollo online.
En el Informe de Innovación Turística de Esade destaca, asimismo, que hay muy poca innovación sobre los precios. Es decir, escasas mejoras se enfocan a abaratar costes para ofrecer tarifas más económicas. Entre los empresarios encuestados, esta opción apenas alcanza el 30%, con la excepción de la intermediación (45,7%). Del mismo modo, tampoco se invierte para vender más caro, un tipo de enfoque que solo fue escogido por el 13% de los empresarios encuestados.
Si bien es cierto que la innovación es clave para todos, tanto en contexto de crisis como en época de bonanza, otra cosa es cómo se aplica. Un 70% de las empresas del sector turístico español carece de un departamento específico de I+D y un 40% afirma que no está en sus planes crearlo. Es una cifra más baja que en el estudio de 2013, cuando más de la mitad de los empresarios rechazaba esta posibilidad.
En el desarrollo efectivo de esta área es clave el tamaño de la empresa lo que agudiza la brecha entre las grandes compañías y los pequeños establecimientos. Así queda retratado en el informe cuando se evalúa el gasto en innovación.
Las empresas más grandes son las que más invierten. Con una facturación superior a los 3 ‘millones, un 30% de las empresas destina más de un 6% de los ingresos a I+D. Este porcentaje se queda en solo un 13% cuando la cifra de negocio está entre los 500.000 euros y los 3 millones. La media para todos los empresarios se sitúa, en todo caso, entre el 1 y el 4% de los ingresos.
El informe de Esade destaca que se ha producido un vuelco en el enfoque de la innovación. Un cambio a mejor. “Las dimensiones proactivas ?que son las que impulsan el negocio, tales como la creación de nuevos productos, la mejora de la marca, la gestión del talento, la internacionalización?– superan a las reactivas?que son las que recortan el negocio, tales como la reducción de costes, plantillas., etc”.
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