La tecnología tiene que estar a nuestro servicio, al servicio de la empresa y de las personas que formamos parte de ella, para facilitarnos la toma de decisiones, para hacer de nuestro trabajo algo más sencillo, para ser más eficientes y productivos, para un sinfín de atributos que no pararíamos de de enunciar. Pero la tecnología no toma decisiones por nosotros, la tecnología nos permite tener monitorizada la empresa, nos permite obtener indicadores y registros de nuestro negocio, nos facilita el tratamiento de un número infinito de números y gráficos y establecer infinidad de correlaciones entre variables del tipo: ocupación con precio medio, gasto medio por persona con consumo de restaurante, ocupación de salas con consumo en cafetería, gasto en eventos con ingresos en habitaciones, etc.
Cada vez más, y sobre todo en las grandes compañías, se busca objetivar al máximo las decisiones, de tal forma que sean los propios ratios los que determinen la consecuencia o decisión a llevar a cabo, y esto es, en mayor o menor medida, la tendencia del management actual. La ocupación, el precio medio, el gasto medio, el reparto de ingresos de habitaciones ocupadas entre el número de habitaciones disponibles, etc son los grandes decisores, no sólo de nuestra empresa, sino de nuestros propios destinos. ¿Cuántas carreras profesionales dependen del resultado de estas variables?
Las nuevas herramientas de gestión permiten tener un control absoluto de aquellas variables que consideramos prioritarias en nuestro negocio. De este modo, controlando las principales variables de mi negocio, no sólo las de condición económica, sino que vigilando las diferentes vertientes y áreas de mi empresa, podré anticiparme y tomar las decisiones adecuadas que me permitan no desviarme de los objetivos marcados en cuanto a resultados económicos, en cuanto a calidad percibida, en cuanto a nivel de satisfacción del cliente, en cuanto a procesos, etc.
Ese chivato rojo que se enciende anunciando una posible desviación en el presupuesto, en los parámetros de calidad, en el clima laboral, etc está perfectamente integrado en un proceso tecnológico que provoca una reacción de causalidad instantánea: desviación=chivato rojo. Pero las medidas correctoras, la aplicación de las mismas, la activación de las consecuencias, la posibilidad de incrementar el margen de error señalado para esas variables, la posibilidad de modificar o alterar los objetivos, incluso la posibilidad de ignorar dicho chivato, está en la condición humana y corresponde sólo a éste, la capacidad de tomar decisiones, por muy pequeño que sea el margen o por muy pocas argumentaciones “no tecnológicas” que tengamos, esa capacidad sigue siendo “humana”
Como vemos las decisiones, lo verdaderamente decisivo, esa capacidad de decidir, sigue dependiendo íntegramente del factor humano, sigue dependiendo de la aplicación de un criterio y de la capacidad de discernir del humano. Y es ésta la grandeza de la tecnología y la tecnificación al servicio de la condición humana, nuestra capacidad para ponerle límites y para ser, en último grado, el sujeto decisor final.
La capacidad de decidir nos hace vulnerables, nos hace imperfectos y sobre todo nos hace “humanos” porque verdaderamente ¿Nos gustaría que sea un ratio el que decidiese por nosotros o por nuestros destinos? ¿Nos gustaría tener unos escenarios tan ciertos, fiables y esperados, que conociésemos todas las relaciones causa-efecto?
Yo por ahora digo que no, aun a riesgo de equivocarnos, debemos de tener esa capacidad y ese margen a errar, esa capacidad de construir escenarios diferentes, esa posibilidad de ignorar lo evidente, para de esta forma, descubrir y aprender en el día a día, de nuestros propios errores y de los demás, de vivir en incertidumbre y poder sorprendernos con resultados no esperados, poder desafiar los modelos creados y así innovar, fomentar la creatividad y la improvisación, ser un radical libre en búsqueda de nuevo modelos, nuevas fórmulas, nuevas herramientas de gestión, que en definitiva garanticen mejores resultados, reduzcan el umbral de error y en definitiva, que nos faciliten y ayuden aún más a tomar decisiones, o no….
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