Por un día, semanas o hasta meses, los impulsores del denominado “hotel office” ofrecen diferentes paquetes con servicios adicionales como acceso a gimnasio, restaurante y el minibar.
De esta manera, un trabajador con problemas, o temor, para ir a su oficina, puede alquilar por un día la habitación del recinto hotelero con un horario establecido de ingreso y salida, tal y como si fuera a trabajar a su antiguo centro de labores.
En el cuarto de su elección, el cliente encontrará un escritorio a la medida, una cómoda silla, conexión a internet de alta velocidad, impresora, televisión satelital y la posibilidad de solicitar el servicio a la habitación a través de la plataforma digital del hotel.
Otra de las garantías que brinda el recinto es que la habitación tendrá un minucioso proceso de desinfección antes de la llegada del cliente para minimizar el riesgo de contagio del coronavirus.
El alquiler de la “room office” es ideal para reuniones virtuales vía zoom en la cual no puede fallar la conexión a internet o sesiones de directorios de empresas multinacionales en donde se necesita de toda la tranquilidad para trabajar sin ser interrumpido.
El alquiler de una habitación para el teletrabajo puede costar entre 70 a 120 dólares por día, aunque también existen paquetes mucho más costosos para quienes deseen “vivir” en un hotel y disfrutar de todas sus comodidades.
Otra iniciativa interesante de reinvención de la industria es que algunos empresarios hoteleros han convertido algunas de sus más lujosas suites en pequeños salones de ejercicio para un huésped y su entrenador personal, ante la imposibilidad de acudir a un gimnasio por el riesgo de contagio.
Estas salas deberán contar diferentes tipos de máquinas y herramientas para desarrollar una rutina completa desde sus instalaciones. Desde trotadoras, elípticas y bicicletas estáticas para realizar ejercicios cardiovasculares hasta pesas y mancuernas para los ejercicios de fuerza y tonificación.
Viabilidad del hotel office y proyecciones
Ya sea como room office o cuarto de entrenamiento personal, las estrategias para subsistir en la crisis son variadas, sin embargo, todavía se miran como paliativos porque nada hasta ahora puede reemplazar los ingresos del turismo extranjero.
Esta iniciativa ya se aplica en cadenas hoteleras de ciudades como Lima, Bogotá, Buenos Aires y Santiago de Chile y promete ser una tendencia en expansión en América Latina durante el 2021, mientras avanza el proceso de vacunación de la población contra la COVID-19 y se evalúa una reapertura de las fronteras.
Según la Organización Mundial del Turismo, durante los primeros meses del 2020 el turismo internacional se redujo en 98% y la expectativa de sus expertos es que la industria se recupere en la segunda mitad del 2021.
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