top of page
Foto del escritorRamiro Parias

El turismo y los derechos humanos: poniendo límites a la promoción turística

De hecho este es el marketing que se debe utilizar para la promoción turística de un destino, y tiene sentido mostrar la cara bonita del destino. Pero, ¿que pasa con la realidad bajo la perspectiva de la población local?

No es la primera vez que menciono que la falta de responsabilidad en la promoción turística tiene consecuencias en las poblaciones donde las actividades turísticas se desarrollan. Hoy quiero hacer mención a dos de las muchas facetas comunes de nuestro día a día, que están intrínsecamente relacionadas con el turismo: la comida y la vivienda, y que además son un derecho básico recogido en la Declaración de Derechos Humanos.

Por un lado tenemos el siguiente problema en Cuba, donde el incremento de llegadas y la falta de gestión turística, está llevando al pueblo a no tener comida en sus platos ya que la poca producción y existencia de víveres con que la Isla cuenta actualmente, está siendo absorbida por los proveedores de servicios turísticos y en muchas ocasiones re-direccionada hacia los mismos en el mercado negro (New York Times).

Esto es un problema serio y debemos tomar responsabilidad de manera inmediata como promotores turísticos. Creo que el primer planteamiento seria preguntarnos si es adecuado seguir involucrados haciendo el marketing de promoción que se está llevando a cabo para el destino, o por el contrario, empezamos a actuar conjuntamente tomando medidas para conseguir garantizar la existencia de productos básicos para la población local, para después asegurar una cadena de suministros eficaz y justa en el mercado turístico.

El otro caso que motiva este artículo, que también me afecta de manera personal por las raíces que tengo con el destino, es el problema de desplazamiento masivo que la población de Barcelona está viviendo por causa del turismo. Agustín Cocola hace mención en su investigación que el 65% de la población del barrio Gótico de Barcelona conoce gente, que ha tenido que irse del barrio cansados del acoso por parte de propietarios o por subidas de alquileres de hasta el 40% en algunos casos.

Las subidas de precios de vivienda de alquiler y la dificultad o imposibilidad de poder acceder a viviendas, ya que muchos pisos se destinan al alquiler turístico, hacen que la población local tenga que salir de sus ciudades de origen. No podemos seguir trabajando con la creencia de que el crecimiento turístico es ilimitado, ya que esta mentalidad y la falta de políticas y de gestión eficiente, nos llevan a estas situaciones que estamos viendo.

Como promotores del turismo tenemos nuestra parte de responsabilidad y también la fuerza de promover cambios, si queremos de una manera honesta y consecuente que la industria turística contribuya al desarrollo sostenible. Este es nuestro año para actuar, pongamos los límites a la contribución del turismo en materia económica y veamos también la contribución social, humana y al entorno.

Por: Mireia Munoz

0 visualizaciones0 comentarios

Commentaires


bottom of page