El negocio es redondo. El propietario de la vivienda puede sacarle provecho a una escapada cualquiera de un fin de semana, para alquilar su casa y ganar de esta forma un dinero extra. El que alquila puede aspirar por el mismo precio que una habitación de hotel (o menos), a una casa con algo más que un cuarto y aseo.
El auge de este fenómeno se puede apreciar en el rápido crecimiento de los portales web que hacen de intermediarios entre particulares. La plataforma Airbnb es probablemente uno de los mejores ejemplos de esto: registró entre septiembre de 2011 y el mismo mes de 2012 más de un millón de noches reservadas en España, multiplicando por diez la cifra del año precedente (95.000). Además, según el diario The Wall Street Journal, acaba de conseguir entre 450 millones y 500 millones de dólares de diversas sociedades de inversión, que la han valorado en unos 10.000 millones de dólares.
Cualquiera puede anunciar su casa en estas páginas. Tan solo es necesario cumplir con una serie de requisitos muy básicos. Sin embargo, tiene sus riesgos.
Ari Teman, ciudadano estadounidense residente en Nueva York, decidió alquilar un fin de semana en Airbnb su apartamento ubicado en Manhattan a un hombre llamado David Carter, quien comentó que estaba buscando un lugar para su familia con el fin de hospedarse unos días para una boda.
“Ese hombre tenía una expresión de horror en su rostro. No esperaba verme en unos días”
No era la primera vez que lo hacía, así que sabía cuál era el procedimiento que tenía que seguir. Ni que decir tiene que también se fijó en el perfil del solicitante. Disponía desde hace tiempo de una cuenta y tenía varios comentarios positivos. Todo parecía perfecto. Pero nada más lejos de la realidad.
Teman dejó su casa y se fue a cenar antes de marchar de viaje. Cuando regresó a por las maletas se encontró una orgía con su inquilino grabando una película porno casera.
“Me encontré lo peor de internet en mi casa. Había todo tipo de gente caminando fuera y dentro de mi apartamento. La mayoría desnudos”, comentó al medio Gizmodo. “Ese hombre tenía una expresión de horror en su rostro. No esperaba verme en unos días”.
Qué hacer cuando tu dirección aparece en un anuncio porno
Pero, por inverosímil que parezca, el calvario de Ari Teman no terminó ahí. Antes de llegar a su casa, David Carter puso un anuncio en internet en el que invitaba a participar en una orgía a quien se quisiera apuntar. Acto seguido ponía a disposición de quien quisiera la dirección exacta de su casa.
Teman no solo se encontró un caos en su vivienda con algunos muebles volcados, alcohol y condones por todas partes, sino con que las llaves habían estado en manos de unos completos extraños.
Airbnb aseguró que David Carter ha sido vetado de la red social de forma permanente y le pagó los desperfectos a Teman, entre los que se encontraba un cambio de cerradura.
“Más de 11 millones de visitantes han tenido una experiencia segura y positiva en Airbnb y han sido muy raros los problemas reportados por nuestros clientes. Cuando ocurren, tratamos de ayudar y de hacer bien las cosas. Nos quedamos horrorizados cuando nos enteramos de este incidente y tomamos medidas inmediatas. La persona que alquiló el apartamento fue eliminada de forma permanente de nuestro sitio. Por su parte, reembolsamos al anfitrión el dinero equivalente a los daños y perjuicios”.
El problema es que Teman ya no quiere volver a vivir en su casa.
“Para poder acogerse a sus políticas de reembolso, la mayoría de usuarios de estas webs que tienen un problema relacionado con el alquiler suelen contar con 24 horas para denunciarlo.”
No es la primera vez que Airbnb o la multitud de otras plataformas que se dedican a lo mismo no cumplen con las expectativas de los propietarios de las casas o inquilinos. Son los riesgos de apostar por este tipo de experiencias. Son más baratas que un hotel, es cierto. Pero también menos fiables. Quizás por esto, el CEO de Airbnb salió en TechCrunch para explicar su postura respecto a las medidas de seguridad. Para poder acogerse a sus políticas de reembolso, la mayoría de usuarios de estas webs que tienen un problema relacionado con el alquiler suelen contar con 24 horas para denunciarlo.
En una era en la que gracias a los avances tecnológicos podemos viajar en los coches de extraños, quedarnos en sus casas, dormir en sus sofás o incluso utilizar sus baños, convendría recapacitar, aunque solo fuera unos instantes, en el verdadero poder de las redes sociales y la tecnología en general en nuestro día a día.
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