Abel Castro, Vicepresidente Senior, Desarrollo de Nuevos Negocios Accor Sudamérica
*No es ningún secreto que el sector turístico ha sido uno de los más afectados por la pandemia. Desde el inicio del aislamiento, con la mayoría de los hoteles cerrando temporalmente sus puertas, el mercado se ha movilizado especialmente en elevar los protocolos de higiene y seguridad, tanto para los colaboradores como para los huéspedes.
El impacto de 2020 no tuvo precedentes en cuanto a profundidad, gravedad y duración. No solo para nosotros, sino también para la economía global. El 98% de los países ha tenido restricciones de movilidad y nuestra industria vio caer el número de viajeros internacionales en casi 1.100 millones (-74%). Por lo tanto, no sorprende ver que nuestros resultados financieros reflejan este contexto global. En Sudamérica, la tasa de ocupación fue del 23%, una caída de 34 puntos respecto a 2019, mientras el RevPAR registró una baja del 61,9%, cifras similares a las que se vieron en Colombia.
Entre todas las enseñanzas que ha traído este período, la relevancia de las marcas se ha hecho evidente, considerando que los aspectos relacionados con la salud y la seguridad están implícitos en un proceso de entrega de una red global como la nuestra. Con ejercicios de reapertura parcial, se ha apreciado que la decisión de viajar no se debe al precio, sino a la seguridad.
En este escenario, tener el respaldo de una marca fuerte y reconocida marca la diferencia: Aporta el aval de que se siguen estándares de servicios, instalaciones, higiene y seguridad, elevando la confianza del viajero a la hora de hacer su elección.
Es por ello que apostamos por las conversiones de hoteles en todo el mundo. Solo en América del Sur, el 80% de ellos siguen siendo independientes y, por tanto, existe un potencial enorme.
La oportunidad está tanto para hoteles únicos como para pequeñas cadenas locales. Además del beneficio de marca que brinda seguridad al cliente, al ingresar al portafolio de un grupo global, como Accor, los inversionistas también cuentan con el respaldo de un equipo operativo sumamente calificado y experimentado y con acceso a una poderosa plataforma de distribución que conecta al hotel con las agencias online y tradicionales más grandes del mundo. Pueden empezar a recibir huéspedes frecuentes de los programas de fidelización, quienes suelen hacer reservas directas y gastan más en el hotel y tienen grandes equipos de ventas locales, regionales y globales dedicados, además de beneficios en compras compartidas, con un mejor costo, debido a la escala en la que se realizan.
En el Grupo Accor hemos estado trabajando con este enfoque para expandir nuestras franquicias en Sudamérica y hemos tenido buenos resultados. A principios de año lanzamos 42k24, un plan de desarrollo de franquicias que apunta a llegar a 2024 con 42 mil cuartos de este tipo en la región: hoy tenemos 24 mil, entre operación y pipeline, y creemos tener espacio para este crecimiento en los próximos cuatro años.
Además de las marcas tradicionales con las que ya trabajamos aquí, como ibis, Novotel y Mercure, todavía tenemos la oportunidad de traer otras nuevas a la región, como Tribe, SLS y Delano.
A pesar de ser una multinacional, tenemos un liderazgo indiscutible en América del Sur. Esto nos acerca a nuestros socios hoteleros que necesitan este apoyo regional. En otras palabras, el concepto de “Glocal” es una realidad para nosotros: fuerza global con apoyo local.
En términos globales, se estima que la industria hotelera tardará al menos 18 meses en recuperar los niveles de 2019. No se espera una recuperación total sino hasta el 2023, siempre que los países de la región avancen en sus planes de vacunación, para así recuperar la confianza de los viajeros internacionales.
Nosotros confiamos en que el 2021 será el año de las franquicias en hotelería y estamos preparados para ser el socio ideal para cualquier persona interesada en invertir.
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